1.- Periodo :
El Cuarto Evangelio se escribió en Éfeso hacia el año 100 d.C. Para entonces habían surgido dos características especiales en la situación de la Iglesia Cristiana
2.- Autor , Lugar, Fecha:
El autor no se identifica hasta el final del libro (Juan 21:20,24), donde afirma que él es el discípulo << al cual Jesús Amaba >> ( 13:23; 20:2), es decir , el Apóstol Juan. El Amigo terrenal mas intimo de Jesús.
El Cuarto Evangelio se escribió en Éfeso hacia el año 100 d.C.
Las tradiciones antiguas y la ininterrumpida opinión subsiguiente han reconocido la autoría de Juan. Hasta que surgió la critica moderna. La Misma clase de Críticos que niegan el nacimiento virginal de Jesús, su deidad y su resurrección corporal han llegado a la conclusión que el autor de este evangelio no era Juan el Apóstol, sino otro Juan de Efeso. Basan esa hipótesis en una antigua y vaga mención de un cierto Juan l Presbítero (anciano) de dicha ciudad de Asia Menor. Tal teoría que socavaría el valor del libro como testimonio de la deidad de Jesús, esta basada en una evidencia tan poco consistente que no merece ninguna consideración sería por parte de los creyentes en Cristo.
El nombre de su padre era Zebedeo (Mt 4:21) y su madre parece haber sido Salome (Mt 27:56; Mr 15:40), tal vez una hermana de María la madre de Jesús (Juan 19:25).
3.- Receptores:
El Cuarto Evangelio se escribió en Éfeso hacia el año 100 d.C. Para entonces habían surgido dos características especiales en la situación de la Iglesia Cristiana. La primera, que el Cristianismo se había desplazado al mundo gentil. La Iglesia Cristiana ya no era predominantemente judía; todo lo contrario: era gentil en su inmensa mayoría. Casi todos sus miembros procedían, no de un trasfondo judío, sino helenístico. En tales circunstancias, había que plantear el Cristianismo de nuevo. No es que hubiera cambiado la verdad del Evangelio; pero había que cambiar los términos y las categorías en que se había expresado anteriormente.
4.- Motivación
hay diferencias innegables entre el Cuarto y los otros tres evangelios; y también hemos visto que, fuera por la razón que fuera, no era por falta de conocimiento por parte de Juan. Ahora debemos preguntarnos: ¿Qué propósito tenía Juan al escribir su evangelio? Si podemos descubrirlo, también descubriremos por qué seleccionó y elaboró los hechos de esa manera. El Cuarto Evangelio se escribió en Éfeso hacia el año 100 d.C. Para entonces habían surgido dos características especiales en la situación de la Iglesia Cristiana. La primera, que el Cristianismo se había desplazado al mundo gentil. La Iglesia Cristiana ya no era predominantemente judía; todo lo contrario: era gentil en su inmensa mayoría. Casi todos sus miembros procedían, no de un trasfondo judío, sino helenístico. En tales circunstancias, había que plantear el Cristianismo de nuevo. No es que hubiera cambiado la verdad del Evangelio; pero había que cambiar los términos y las categorías en que se había expresado anteriormente.
Si un griego tenía en la mano el Evangelio según san Mateo, en cuanto empezara a leerlo se encontraría con una larga genealogía. Los judíos estaban familiarizados con las genealogías, pero a los griegos les parecían algo sumamente extraño. Si seguía leyendo, se encontraba con que Jesús era hijo de David, un rey del que los griegos ni siquiera habrían oído, y que era el símbolo de una ambición racial y nacionalista que no le decían nada. Luego se encontraría con la descripción de Jesús como el Mesías, un término que no habría oído nunca. ¿Es que un griego que quisiera hacerse cristiano estaba obligado a reorganizar todas las categorías de su pensamiento para que se ajustaran a las de los judíos? ¿Tendría que aprender un montón de la historia de los judíos y de su literatura apocalíptica (que hablaba de la venida del Mesías) antes de poder ser cristiano? Como lo expresó E. J. Goodspeed: «¿No había manera de que se le pudiera introducir directamente a las realidades de la salvación cristiana sin tener que pasar, diríamos «que ser reciclado», al judaísmo?» Los griegos eran los mejores pensadores del mundo. ¿Tenían que abandonar la totalidad de su gran herencia intelectual, y empezar a pensar en los términos y las categorías de pensamiento de los judíos?
El segundo de los hechos importantes que confrontaban a la Iglesia cuando se escribió el Cuarto Evangelio era el brote de las herejías. Hacía ya setenta años que Jesús había sido crucificado. La Iglesia era ya una organización y una institución. Se iban concibiendo y formulando teologías y credos; e, inevitablemente, los pensamientos de algunos siguieron caminos equivocados y surgieron herejías.
(a) Había ciertos cristianos, especialmente los de origen judío, que le asignaban un lugar demasiado alto a Juan el Bautista. Había habido algo en él que era natural que produjera una gran impresión en los judíos. Pertenecía a la estirpe de los profetas, y hablaba con voz profética. Sabemos que en tiempo posterior hubo una secta de Juan el Bautista.
(b) Cierto tipo de herejía que se había extendido ampliamente en los días en que se escribió el Cuarto Evangelio se llama con el nombre general de gnosticismo. Si no lo tenemos en cuenta y lo entendemos un poco, perderemos mucho de la grandeza y del propósito de Juan. La doctrina básica del gnosticismo era que la materia es esencialmente mala, y el espíritu esencialmente bueno. De ahí pasaban los gnósticos a afirmar que Dios no podía tocar la materia y, por tanto, no había creado el mundo. Lo que sí hizo fue producir una serie de emanaciones, cada una de las cuales estaba más lejos de Él, hasta que, por fin, hubo una que podía tocar la materia. Esa emanación fue la que creó el mundo.
Las creencias de los gnósticos influían en su idea de Jesús.
(a) Algunos de los gnósticos afirmaban que Jesús era una de las emanaciones que procedían de Dios. Mantenían que no era divino en ningún sentido real; que era sólo una especie de semidiós más o menos distante del Dios real; que era simplemente uno de una cadena de seres inferiores entre Dios y el mundo.
(b) Algunos de los gnósticos mantenían que Jesús no tenía un cuerpo real. El cuerpo es materia, y Dios no podía tocar la materia; por tanto Jesús era una especie de fantasma, no un ser de carne y hueso. Sostenían, por ejemplo, que cuando andaba por la tierra no dejaba huellas, porque su cuerpo no tenía peso ni sustancia.
5.Situación Política , Social, económica, Espiritual :
Situación Política: El mundo del Nuevo Testamento es muy diferente del mundo del antiguo testamento. Los cambios que tuvieron lugar durante cuatro siglos afectaron todas las áreas de la vida:
Los romanos en lugar de los Persas, eran los que tenían bajo su domino a Palestina
El pensamiento y cultura de los griegos (Helenismo), mas bien que los dioses de los cananeos como Baal y Moloc, amenazan ahora con descarriar el pueblo de Dios.
Situación Social:
La Diáspora se refiere a los Judíos que vivían fuera de Palestina, aunque mantenían su fe religiosa. Las dos deportaciones (la primera el reino del norte [Israel] por los Asirios en 721 A.C, y la segunda el Reino del Sur (Judá) en 586 A.C.) dispersaron a los Judíos. Posteriormente Alejandro Magno animo a muchos Judíos a que se trasladaran a la recién fundada Ciudad de Alejandría en Egipto y desde entonces muchos miles de Judíos emigraron a los países circundantes por razones de trabajo y comercio. En los tiempos del nuevo Testamento había probablemente varias veces mas Judíos fuera de Palestina que dentro.
Situación Económica:
Los Judíos se trasladaban en diferentes ciudades Romanas para desempeñar sus actividades económicas. La pesca era una de las actividades económicas realizadas por los Judíos , Pedro y Juan eran Pescadores.
Situación Espiritual o Religiosa:
Partidos Religiosos:
Los partidos de los saduceos y los Fariseos (lo mismo que los partidos políticos de los Zelotes y los herodianos) no existían en el Antiguo Testamento.
Funcionarios Religiosos:
Escribas: Maestros de la Ley y rabinos (maestros), representan un papel importante, los Principales sacerdotes como grupo con identidad propia no se encuentran en el AT.
Instituciones Religiosas:
El templo y el área del templo se han transformado en un magnifico complejo, partiendo de la modesta estructura que los Judíos postexilicos habían construido.
6.- Costumbres :
Los Judíos mantenían su creencia como pueblo de Dios por excelencia a quienes pertenecía el favor de Dios. Para los Judíos un gentil para formar parte del pueblo de Dios debía Judaizarse, es decir, circuncidarse y guardar la Ley y observar el día sábado como día de reposo.
Los griegos tenían dos grandes concepciones. (a) Tenían la concepción del Logos. En griego, logos quiere decir dos cosas: palabra y razón. Los judíos estaban familiarizados con la idea de la Palabra todopoderosa de Dios: «Dios dijo: «¡Que haya luz!» Y hubo luz» (Génesis 1:3). Los griegos estaban familiarizados con la idea de la razón. Cuando observaban el universo, veían un orden magnífico e infalible. El día y la noche se sucedían con constante regularidad; las estaciones del año seguían su turno indefectiblemente; las estrellas y los planetas recorrían sus rutas invariables; la naturaleza tenía leyes inalterables. ¿Qué producía este orden? Los griegos contestaban sin dudar que el Logos, la Mente de Dios, es responsable del orden mayestático del universo. Y a la pregunta sobre qué es lo que le da al hombre la capacidad de pensar, razonar y saber, contestaban igualmente sin la menor duda que el Logos, la Mente de Dios que mora en el interior del hombre, le hace un ser pensante racional. Los griegos siempre pensaban en dos mundos: uno era el mundo en que vivimos, un mundo maravilloso a su modo, pero que es un mundo de sombras y copias e irrealidades. El otro era el mundo real, en el que las grandes realidades, de las que nuestras cosas terrenas son sólo copias pobres y pálidas, permanecen para siempre. Para los griegos, el mundo invisible era el mundo real; el mundo visible era sólo una sombría irrealidad.
7.- Contexto Geográfico
Palestina se divide en Judea, Galilea y Samaria. Al este del río Jordán están Perea y Decapolis. Además ahora hay comunidades Judías en la mayor parte de las ciudades principales del Imperio Romano. Cada una con su propia Sinagoga. A esto se le llama Diáspora o Dispersión